Durante el verano austral de los años 1994 y 1995, un equipo de biólogos marinos inició una de las aventuras científicas más apasionantes. Este grupo de investigadores pretendía desarrollar el proyecto Bentart, con el objetivo de realizar el estudio integrado de la fauna marina de la Península Antártica. Los resultados permitieron conocer un lugar inexplorado y especies nuevas para la ciencia. En el año 2003 el equipo decidió continuar su exploración hacia el sur, hasta el mar helado de Bellingahusen. A bordo del Buque Oceanográfico Hespérides, a treinta grados bajo cero, con robots submarinos, buceando bajo el hielo y estudiando los fondos marinos a más de mil metros de profundidad, el equipo liderado por la bióloga Ana Ramos se está asomando a una parcela desconocida de nuestro planeta.
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