Cuentos como puñales, relatos afilados directos al corazón, aforismos que zarandean tu mente, capaces de abrir o cicatrizar heridas profundas. Textos que siempre cierran en alto, que fulminan con dos frases, con los que disfrutar y reflexionar y ante los que el lector no puede mostrarse indiferente. Potentes, sensibles, pedagógicos, combativos, profundos, estimulantes. En definitiva: necesarios.
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