El joven Edipo mata a su padre y se casa con su madre, ignorando el vínculo familiar que les une a ambos. Pasado el tiempo, y ya convertido en un rey sabio y justo, Edipo investiga el asesinato del monarca anterior… sin saber que esa noble búsqueda de la verdad acabará acarreando su propia destrucción. Si la ignorancia y la soberbia de Edipo contribuyen a su propio ruina, el orgullo y la obstinación de Antígona y de su tío el rey Creonte abocarán a los protagonistas de la siguiente obra a la muerte o la desolación. Enfrentados por el derecho a dar sepultura al cadáver del hermano de Antígona, ambos personajes esgrimen poderosas razones, bien sean de Estado o divinas, para defender sus divergentes posturas; sin embargo, a los virtuosos héroes clásicos no se les permiten lacras como la soberbia o la intolerancia que, al cabo, decidirán su trágico destino.
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