Alberto tiene quince años, es un estudiante con altas capacidades al que le
apasionan el teatro, los videojuegos y las películas de Miyazaki. De
mayor le gustaría ser director de cine, pero antes quiere empezar
abriéndose un canal de Youtube al que subir sus cortometrajes. Poco a
poco.
A lo largo de 50 entradas de Youtube, Alberto, un chaval de 16 años, nos va desvelando su realidad y la de toda una generación.
«Hace poco le salvé la vida a un tío. Dicho así, ya sé que suena un
poco fuerte. Pero es verdad. A veces la verdad es fuerte. Seguro que os
estáis preguntando qué pasó, qué hice. Igual me imagináis como un héroe.
Alguien que va por ahí salvando vidas o salvando mundos. O que lleva
capa y una «S» muy grande en la camiseta. No os rayéis. Soy un tío como
todos, pero más raro. Creo que si no fuera raro, las cosas habrían sido
distintas. De aquella madrugada apenas tengo recuerdos nítidos. Todo fue
cuestión de tres o cuatro segundos. Apenas tuve tiempo de pensar, pero
sí de formularme una pregunta horrible: «¿Y si no hago nada?»
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