Clementine es una adolescente sin problemas. Un día se cruza en la calle con una pareja de chicas. Una lleva el pelo teñido de azul y le sonríe, mientras Clementine baja la vista. A partir de este preciso momento todo va a cambiar para ella: su relación con sus nuevos amigos, su sitio en la familia, sus prioridades... y sobre todo su sexualidad. Es difícil saber qué aspecto tiene el amor. El trazo de la autora propone unas perspectivas, unas posturas tan inesperadas como la vida misma. Clementine y Emma intentan amarse a pesar de las dificultades que supone la visión de la homosexualidad por parte de la sociedad actual y los propios prejuicios de Clementine. Pero descubrimos una historia de amor que, a pesar de ser trágica, podría ser la de cualquiera, y sin diluir su intensidad en una profusión de reivindicaciones sociales.
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