Inspirado en la invitación de san Francisco de Asís a vivir un amor que va más allá de las barreras de la geografía y del espacio, y a partir de la parábola del buen samaritano, el papa Francisco se dirige a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, más allá de sus convicciones religiosas, para proponer, en esta encíclica social, el ejercicio de una fraternidad abierta a todos que permita construir un mundo nuevo.
0 comentarios:
Publicar un comentario